Orcas "orcinus orca" en Costas Venezolanas

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IVMS
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Orcas "orcinus orca" en Costas Venezolanas

Mensaje por IVMS »

Buenas tardes a Todos Los Oficiales Superiores y Subalternos

El motivo de este post es compartir una información en la cual yo no creí, este fin de semana me escribe un amigo que fue a pescar con su primo en la costa de Ocumare (Bahia de Cata) y cuando regresa a tierra firme me informa que tuvo la oportunidad de poder visualizar y tener contacto con un grupo de orcas, yo sencillamente no le creí ya que para mis conocimientos dichos Delphinidaes no son de aguas del caribe como tal.... pero en efecto me hizo llegar el video tomado por él desde su celular movil a mi correo ya que él mismo es pesado para ser enviado vía cualquier red social. Aquí lo comparto ya que lo monte a mi canal de youtube, espero disfruten del video y sea motivo de abrir un tema de conversación y discusión.
"Per Mare, Per Terram"
-- Semper Fi --
CAP. (CASMAR) Israel V. Manrique S.
scorona

Re: Orcas "orcinus orca" en Costa Venezolana

Mensaje por scorona »

Cuando se habla de la orca, casi todo se expresa en términos superlativos. Con 9 m de longitud y casi siete toneladas de peso, los machos adultos de orca son sin lugar a dudas los delfines más grandes que existen en los “siete mares”. La orca es también conocida por el público como la “ballena asesina”. Dos factores han influido para que esta hermosa criatura posea tan triste fama. En primer lugar, los balleneros vascos del siglo X de nuestra era le dieron el nombre de “ballena asesina”, aparentemente al observarlas depredando a otros mamíferos y grandes peces. En segundo lugar, en la era moderna, este calificativo se ha popularizado debido al auge de la industria cinematográfica. Sin embargo, en honor a la verdad, justo es reconocer que la orca ni es ballena ni es asesina. Ya se dijo que se trata de un delfín que es, simplemente, el más eficiente y efectivo depredador marino.

Su nombre científico es Orcinus orca y fue establecido así por Carlos Linneo en 1758, en la Décima Edición de su obra clásica “Systema Naturae”, en la cual dejó establecido el sistema de clasificación de los seres vivos y que fue el punto de partida de lo que se conoce como Nomenclatura Zoológica; es decir, la asignación de nombre científico a las especies animales, vegetales y minerales. Se cree que la palabra Orcinus deriva del nombre del dios romano Orcus u Orco, aquel habitante del inframundo encargado de castigar a los seres humanos por los juramentos no cumplidos. Por su parte, la palabra ¨orca¨ en Latín significa literalmente “que tiene forma de barril”, lo cual podría ser una referencia a la forma de su cuerpo. Aunque tradicionalmente se ha considerado a la orca como una única especie, los recientes avances de las técnicas moleculares y estudio del ADN parecen indicar que podría tratarse de varias especies y/o subespecies, lo cual podrá aclararse en los años por venir.

Es un cetáceo perteneciente a la denominada Familia Delphinidae (delfines oceánicos), término científico que agrupa a 37 especies que comparten las siguientes características: cuerpo hidrodinámico, dientes cónicos, aleta dorsal generalmente curvada hacia atrás (falcada) y ubicada en el plano medio del cuerpo, presencia de un rostrum alargado (incorrectamente llamado “pico”) en algunas especies, así como un órgano graso ubicado en la frente -llamado melón o morro-, que utilizan a manera de sonar para explorar su ambiente por medio de la eco-localización.

La orca es, junto a la ballena jorobada o yubarta (Megaptera novaeangliae), uno de los cetáceos más familiares para el público, así como el más fácil de reconocer. Su gran tamaño y su patrón de coloración son únicos entre las criaturas del mar. En general, el dorso es negro y la región ventral blanca. Por detrás y por encima de cada ojo presenta una mancha blanca de forma ovalada, conocida como parche ocular o post-ocular, cuya forma, orientación y tamaño difieren entre poblaciones de diferentes regiones. En posición posterior a la base de la aleta dorsal presenta una zona pigmentada de gris, conocida como “silla de equitación”, la cual también es variable entre poblaciones. Las aletas pectorales son anchas y tienen forma de remo. Presentan dimorfismo sexual, es decir, existen diferencias entre machos y hembras, apreciables a simple vista. En particular, en tamaño y peso, ya que las hembras rara vez alcanzan los 7 m o 5 toneladas. Además, la aleta dorsal de los machos es de forma triangular y muy alta, pudiendo alcanzar una longitud de 1.8 m, mientras que la de la hembra es comparativamente baja y falcada es decir, curvada hacia atrás.

El primer avistamiento conocido de la especie en Venezuela fue efectuado en la isla de La Blanquilla el 3 de marzo de 1894 por parte del barco ballenero norteamericano Golden City. Desde entonces, su presencia en nuestras aguas se ha confirmado en múltiples ocasiones, fundamentalmente durante los últimos 20 a 30 años. Las siguientes pruebas de la presencia de orcas en aguas venezolanas fueron un varamiento en el Estado Zulia en enero de 1979 y una fotografía en blanco y negro de una hembra, tomada en cercanías de Caraballeda por el Capt. Ernani Handelman en marzo de 1986 (foto anexa, no es de buena calidad, pero es un documento histórico).

Aunque de manera general a la orca se le relaciona con las frías aguas de las latitudes polares, lo cierto es que su presencia en las cálidas aguas de nuestras regiones tropicales es más común de lo que pareciera. Esto coloca a la orca como una de las especies animales de más amplia distribución en nuestro planeta, es decir, se trata de una especie cosmopolita. Debido a sus requerimientos biológicos, la orca requiere de grandes desplazamientos para el logro de sus necesidades básicas, esencialmente presas de las cuales alimentarse. Pescadores deportivos venezolanos sostienen que la presencia de orcas en nuestras aguas aumenta a finales de año, cuando las aguas más frías provocan la migración de atunes. Recientemente, una orca de la Antártida, marcada con un rastreador satelital, efectuó un viaje ininterrumpido de ida y vuelta de 9400 km hasta aguas de Brasil y Uruguay en 42 días, lo que significa una velocidad promedio de casi 10 km/h o un recorrido de 240 km en un solo día. Dado que fue un viaje de ida y vuelta, sin paradas apreciables y sin fines reproductivos, los investigadores postulan la novedosa hipótesis de que tal viaje fue realizado para renovar su epidermis.

Como especie, la dieta de la orca es variada e incluye peces, rayas, tiburones, delfines, ballenas, calamares y tortugas marinas. Sin embargo, algunas poblaciones locales presentan preferencias altamente especializadas. En el Pacífico noreste, por ejemplo, donde se conoce la presencia de tres ecotipos de orca, cada uno de estos ecotipos presenta favoritismo por cierto alimento: el ecotipo “residente” se alimenta casi exclusivamente de salmón; el ecotipo “transeúnte” prefiere depredar sobre otros mamíferos, mientras que un tercer ecotipo, conocido como “offshore” o de “mar afuera”, prefiere otros peces como el lenguado o halibut del Pacífico (Halibut stenolepis) y tiburones carcharínidos. En el Mar Caribe, se dispone de evidencias de orcas depredando sobre tortugas, peces y mamíferos. En Panamá, en mayo de 2010, una orca fue filmada alimentándose de pescados lanzados al agua por pescadores deportivos. En 2009, cercanías de la Isla de la Torguga, en Venezuela, una familia de orcas fue filmada interactuando con una tortuga cardón, en lo que pareció ser un evento de enseñanza de técnicas de caza de una orca adulta hacia una orca más joven.

De acuerdo con el tipo de presa, las orcas de los diferentes ecotipos han desarrollado variadas técnicas de cacería. Por ejemplo, las orcas residentes del Pacífico noreste se esparcen sobre un área grande para cazar salmón, capturan y consumen a sus presas una por una; las orcas noruegas del ecotipo que se alimenta de sardinas lo hacen de una manera coordinada, agrupando al cardumen en una esfera compacta y luego golpeando el borde de la misma con su aleta caudal, procediendo luego a devorar las sardinas que quedaron atontadas. En el Estrecho de Gibraltar, las orcas efectúan prolongadas persecuciones a los atunes hasta que éstos sucumben ante el cansancio mientras que, en la Patagonia Argentina, las orcas se alimentan de crías de leones marinos, para lo cual desarrollan y enseñan a las crías una técnica de cacería que incluye varar voluntariamente en la orilla en la cual se encuentran sus presas, para poder atraparlas. Las orcas del ecotipo B de la Antártida provocan oleaje fuerte sobre los fragmentos de hielo en los que han refugiado sus presas, haciendo que éstas caigan de nuevo al agua, donde proceden a capturarlas.

Tal como muchas especies de delfines, las orcas forman grupos con complejas relaciones sociales. En general, la estructura de los mismos es matriarcal, es decir, son grupos altamente estables unidos entre sí por fuertes lazos maternos, en los que conviven la matriarca, sus hijas y su respectiva descendencia. Ahora bien, debido a que la longevidad de las orcas en vida silvestre es de unos 80 a 90 años y su primer parto ocurre aproximadamente a los 15 años de edad, un matriarcado puede contar hasta con 3-4 generaciones simultáneamente. Estos grupos presentan fuerte asociación con otros matriarcados que comparten una misma “tatarabuela” o “bisabuela”. De acuerdo con estudios publicados por la Dra. Lori Marino, bio-psicóloga y neuro-científica de la Universidad de Emory (Atlanta), los delfines presentan características cognitivas que muy pocos animales poseen. Entre ellas, un alto grado de encefalización, que se traduce en alto nivel de inteligencia; capacidad para entender lenguaje de símbolos; excelente memoria, capacidad de resolver problemas, de usar herramientas y de transmitir esos conocimientos culturalmente. Además, poseen la capacidad de auto-reconocimiento, lo cual significa que son capaces de reconocer su imagen en un espejo es decir, que se reconocen a sí mismos como individuos. Debido a esto, existe un fuerte movimiento entre la comunidad conservacionista internacional para declarar a los delfines como “personas no humanas” y muchos países han desarrollado normativas para prohibir su mantenimiento en cautiverio.

Siendo la orca el depredador más poderoso de los océanos, es irónico que su mayor enemigo natural sea el ser humano. Aunque algunas culturas aborígenes tienen a la orca y otros cetáceos en alta estima, muchas otras la consideran un depredador implacable, por lo cual esta especie ha sido calumniada, perseguida y sacrificada durante siglos. En la época ballenera, algunas orcas eran capturadas eventualmente, aunque el objetivo de los balleneros fueran otras especies de verdaderas ballenas como la ballena azul, la franca o la jorobada. Actualmente, en países como Japón, Noruega, Islandia y San Vicente y las Granadinas, existen pesquerías de cetáceos que incluyen a las orcas entre sus especies objetivo. En otras regiones, en pesquerías con palangre, las orcas y otros cetáceos se alimentan de la carnada o del producto de la pesca, por lo cual son sacrificadas a la primera oportunidad por los pescadores. Una amenaza adicional para las orcas proviene de la industria del cautiverio de delfines con fines de su explotación comercial. Se trata de una multimillonaria industria que desde la década de los años 60 ha provocado la extracción de al menos 144 animales del medio natural, afectando severamente la estabilidad social de sus grupos matriarcales de origen en diferentes regiones del mundo. De esas 144, hasta los momentos han muerto unas 125 (87%). En cautiverio han nacido 33 orcas, en las cuales su promedio de sobrevivencia ha sido de 4.5 años. En su informe “Controversia Asesina: por qué las orcas no deben ser mantenidas en cautiverio, la Dra. Naomi Rose presenta evidencias acerca de que al encontrarse en cautiverio, estos animales: 1) sufren daño físico, 2) sufren estrés crónico, 3) viven menos tiempo que en libertad, 4) sufren daños sicológicos, que los llevan a infligir heridas a otras orcas y a seres humanos, lo cual rara vez, o nunca, es observado en condiciones naturales.

Afortunadamente, en las últimas décadas, el mundo ha venido adquiriendo mayor nivel de conciencia acerca de las implicaciones ecológicas y de bienestar animal alrededor del cautiverio de delfines. Prueba de ello ha sido el rotundo éxito del documental ¨Blackfish¨, en el cual se presentan testimonios acerca de la vida de orcas en cautiverio en los parques de una famosa empresa norteamericana. La difusión de este documental ha provocado un enorme impacto en el nivel de sensibilización del público, que se ha traducido en fuertes presiones encaminadas a lograr el fin del cautiverio de esta especie con fines de explotación comercial.

Venezuela es uno de los países de la cuenca del Mar Caribe que cuenta con los mayores registros documentados de la presencia de orcas en sus aguas territoriales. Hasta el momento, contamos con evidencia de 35 avistamientos en nuestras aguas. Por otra parte, en noviembre de 2009, un grupo de unas 8-10 orcas fue avistado y fotografiado repetidas veces por Guardacostas de la vecina isla de Aruba en una zona entre la isla y nuestra Península de Paraguaná. La revisión de las fotografías reveló que se dentro del grupo se encontraban varios animales con marcas particulares que permitieron identificarlos individualmente. Así, la organización amiga “Aruba Marine Mammal Foundation” inició un catálogo de foto-identificación con miras a su comparación con catálogos del Atlántico norte. La difusión de estos casos por via de las redes sociales y listas de discusión de especialistas generó una alianza entre investigadores de Aruba, Holanda y Venezuela, que llevó a la implementación de la iniciativa internacional CWOP (por Caribbean-Wide Orca Project). Esta iniciativa consistió en la unión de esfuerzos entre especialistas de diferentes países, que se manifestó en la centralización y sistematización de todos los registros de orcas en el Mar Caribe en una sola base de datos y en la publicación de un artículo científico en una importante revista especializada. Mediante este proyecto, se logró por primera vez en la historia científica generar información acerca de la distribución, dieta y aspectos morfológicos de las orcas que se desplazan por el Mar Caribe.

Lo que usted puede hacer

Usted puede contribuir notablemente con la conservación de los delfines y el ambiente marino. He aquí algunas recomendaciones que serán muy útiles a tal propósito:
  • Sea respetuoso con el ambiente y enseñe a sus hijos a serlo.
  • En su hogar, utilice productos de limpieza que sean bio-degradables.
  • Sea racional en el consumo de energía.
  • Use menos productos de plástico.
  • Apoye el trabajo que hacen las instituciones públicas y privadas que protegen a los océanos.
  • Aprenda acerca de la importancia de la vida marina para el bienestar del planeta.
  • Pero, sobre todo, no compre boletos ni asista a espectáculos que exhiban delfines en cautiverio con fines de explotación comercial. Cada vez que usted compra un boleto para asistir a esos sitios, su dinero está financiando la extracción de delfines de su medio natural. Si usted vive en Venezuela y desea conocerlos, existen muchas alternativas para observarlos responsablemente en su propio ambiente, en sitios tales como los parques nacionales Mochima (Anzoátegui y Sucre), Ciénagas de Juan Manuel (Lago de Maracaibo, Estado Zulia), Estado Apure (toninas rosadas), Delta Amacuro y Bolivar (delfin de rio y tonina rosada) y Aragua (delfines nariz de botella y manchados del Atlántico).
BIBLIOGRAFÍA

Bolaños-Jiménez, J., Fertl, D. and Iñíguez. M. 2009. A note on killer whale (Orcinus orca) occurrence in Venezuelan waters, 1982-2008. Latin American Journal of Aquatic Mammals, LAJAM, 7(1-2):75-79.

Bolaños-Jiménez, J., Mignucci-Giannoni, A., Blumenthal, J., Bogomolni, A., Casas, JJ., Henríquez, A., Iñíguez-Bessega, M., Khan, J., Landrau-Giovannetti, N., Rinaldi, C., Rinaldi, R., Rodríguez-Ferrer, G., Sutty, L., Ward, N. and Luksenburg, JA. 2014. Distribution, feeding habits and morphology of killer whales Orcinus orca in the Caribbean Sea.

Mammal Review, Durban, JW and Pitman, RL 2011. Antarctic killer whales make rapid, round-trip movements to subtropical waters: evidence for physiological maintenance migrations?

Ford, JKB 2009. Killer whale Orcinus orca. In: Perrin WF, Würsig B, Thewissen JGM (eds.) Encyclopedia of Marine Mammals, 650–657. Second edition, Academic Press, Amsterdam.

Oviedo, l., Esteves, M.A., Alfe, E., Acevedo-Galindo, R. & Bolaños-Jiménez, J. 2009. Interaction between killer whales (Orcinus orca) and a leatherback turtle (Dermochelys coriacea) off northeastern Venezuela. JMBA2 6156 - Biodiversity Records.
Rose, N. A. 2011. Killer Controversy: Why Orcas Should No Longer Be Kept in Captivity. Humane Society International and The Humane Society of the United States, Washington, D.C. 16 pp.

http://us.whales.org/issues/fate-of-cap ... as-in-2014
https://www.youtube.com/watch?v=qezONiWcFjU

tomado de : NATURA DIGITAL , SOCIEDAD DE CIENCIAS LA SALLE
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